¡El pensamiento positivo no es sobre TCC!

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Quizás se pregunte: ¿deberíamos simplemente obligarnos a pensar positivamente todo el tiempo? Es decir, ¿cerrar los ojos ante los problemas reales, aislarnos del mundo con una cerca santurrona y susurrarnos a nosotros mismos: "todo está bien, todo está excelente"?

¡Nada de eso!

La TCC tiene tanto que ver con el pensamiento positivo como un ratón de computadora con un ratón de campo.

Ahora, vamos a profundizar: estas dos conceptos comparten un pensamiento común: nuestra percepción afecta nuestras emociones y nuestra vida, de hecho, ahí terminan las similitudes.

La idea principal del pensamiento positivo es pensar positivamente, la idea principal de la TCC es pensar de manera racional y adaptativa.

¿Siente la diferencia?

El pensamiento positivo se basa en la capacidad de no sucumbir al desánimo y ver lo bueno en cualquier situación de la vida, creyendo sinceramente que todo es para mejor.

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La terapia cognitivo-conductual se centra en la corrección de distorsiones cognitivas (pensamientos y creencias improductivas) y, como consecuencia, en el cambio de comportamiento.

Si las diferencias aún le parecen poco claras, aclaremos: el pensamiento positivo nos sugiere buscar lo bueno en cualquier circunstancia de la vida. Esto es sin duda una habilidad útil, pero no cuando se convierte en un estilo de pensamiento rígido.

Después de todo, hay muchas cosas desagradables e incluso malas en el mundo, ¿verdad? Y en nuestras vidas también hay dolor, tristeza, fracasos y decepciones. Bueno, ¿qué sería de nosotros sin ellos?

Así, al reemplazar todo lo negativo por lo positivo, eliminamos la realidad de la ecuación. Resulta que esto es más un perjuicio.

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El pensamiento positivo nos permite hacer todo incorrectamente, pensando que lo estamos haciendo correctamente.

Steven Friesen

Pongamos un ejemplo:

Supongamos que ha ocurrido algo desagradable en su vida. Podría ser cualquier cosa: pérdida de empleo, enfermedad, una ruptura difícil.

En el contexto del pensamiento positivo, tendría que reemplazar sus pensamientos negativos con pensamientos positivos, optimistas, condicionalmente en: "No piense en lo malo, ¡todo definitivamente estará bien!"

Pero en el contexto de la TCC, primero tendría que rastrear sus pensamientos negativos, verificar su correspondencia con la realidad, considerar evidencias y refutaciones a estos pensamientos y solo después de eso reemplazarlos con otros más racionales y adaptativos.

Por ejemplo, en: En realidad, no puedo decir con certeza que todo estará bien, pero tampoco puedo afirmar que todo estará mal. En esta situación, hay al menos tres posibles resultados: el peor, el mejor y el más realista. Puedo pensar qué haré en cada uno de ellos, estar preparado para lo peor y esperar lo mejor.

La diferencia en el enfoque es notable, ¿verdad?

La habilidad para considerar pensamientos negativos en el contexto de tres posibles resultados es una técnica muy efectiva. Dedicaremos todo el próximo capítulo a ella.

Al ver los eventos desde diferentes ángulos, negándonos a evaluar de manera dicotómica a nosotros mismos y lo que sucede, y cambiando nuestro pensamiento a uno más racional en lugar de simplemente positivo, podemos enfrentar las emociones y problemas más fácilmente.