En el mundo moderno, millones de personas enfrentan problemas psicológicos diariamente, afectando significativamente su calidad de vida.
Enfermedades como la depresión, neurosis y el TEPT atormentan a millones de personas en todo el mundo cada día.
Tal vez estés leyendo estas líneas no solo por casualidad, sino porque algo inconsciente dentro de ti te impide vivir una vida plena.
Esto no te hace incompleto. De hecho, todos, incluso la persona más sana, tienen creencias destructivas.
A menudo, estos problemas se forman por nuestros traumas de la infancia.
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Si realmente quieres mejorar tu vida, ¡te invitamos a embarcarte en un emocionante viaje al mundo de la terapia cognitivo-conductual (TCC)!
En este capítulo, comenzaremos a sumergirnos en los conceptos básicos del método.
La TCC es un método profundo y multifacético, y en nuestro curso de aprendizaje interactivo ya hay horas de material de estudio.
Ahora te presentaremos un modelo simplificado del concepto básico de la terapia, y en capítulos futuros lo discutiremos con más detalle.
En la terapia cognitivo-conductual, nuestra conciencia está representada por tres niveles: creencias fundamentales, creencias intermedias (reglas) y pensamientos automáticos.
Nuestros pensamientos forman nuestra percepción, y esta percepción determina cómo vivimos.
Rebecca Walker
Para hacer esto más claro, imaginemos un manzano.
Las raíces en nuestra analogía representan las creencias fundamentales (son pocas y fundamentales para nosotros).
El tronco ilustra las creencias intermedias: estos son conceptos menos básicos, más bien reglas por las que actuamos.
La parte más numerosa son los pensamientos automáticos. Estos son los frutos en nuestro árbol. Un fruto puede estar sano o podrido.
Cada uno de nosotros tiene su propio árbol, y filtramos todos los eventos de la vida a través de nuestro árbol.
Cada evento en nuestra vida produce frutos, y qué tipo de fruto será depende de los tres niveles de nuestro modelo.
Ahora tenemos un modelo de nuestra percepción de la realidad. Para simplificar, no consideraremos cada nivel ahora, sino que generalizaremos y llamaremos a este árbol nuestros pensamientos.
Consideremos una situación simple con la reacción de dos personas a un evento.
Nos trasladamos a una ciudad imaginaria donde viven dos mujeres jóvenes, María y Cristina, no muy lejos una de la otra.
Resulta que ambas están a punto de salir de casa y ocuparse de sus asuntos.
Sin embargo, el clima en nuestra ciudad es caprichoso. Hace cinco minutos, el sol brillaba y ahora ya está lloviznando.
Las circunstancias de la vida son las mismas para ambas mujeres, y sería lógico esperar una reacción similar de ellas.
Pero vemos algo completamente diferente: horror en los ojos de María y una sonrisa en los labios de Cristina.
¿Cuál es el problema?
Veamos los pensamientos de María y cómo se formó su reacción.
Pensamientos de María:
¡Vaya! Y simplemente empezó a llover. Observa que los pensamientos de María pueden estar poco relacionados con el evento real, pero en su visión del mundo, la conexión puede ser literal.
Tal vez en su infancia, la madre de María la regañaba por la ropa sucia, diciendo que a nadie le gustan las niñas desordenadas.
Los traumas a lo largo de la vida han desarrollado una reacción defensiva en María, que ahora se manifiesta como miedo a parecer desordenada.
María filtró la situación a través de su árbol de percepción y obtuvo pensamientos automáticos.
A su vez, los pensamientos automáticos desencadenaron emociones: tristeza, desesperación, desesperanza y reacciones corporales (aumento de la presión arterial, lágrimas).
La interacción de pensamientos, sentimientos y reacciones a ellos es el tema de capítulos separados de nuestro entrenamiento. Solo mencionamos que esta interrelación es extremadamente importante.
Pero, ¿por qué sonríe Cristina? Aquí están sus pensamientos:
Para Cristina, la lluvia está asociada con la tradición familiar de ir a buscar setas en el bosque en verano.
Su árbol produce frutos sanos porque el modelo en las creencias fundamentales e intermedias está bien formado.
Obviamente, tales pensamientos automáticos desencadenarán emociones y reacciones corporales completamente diferentes.
Así es como la TCC considera los problemas psicológicos de las personas.
Debido a que cada persona tiene su propio modelo de árbol, cada uno tiene sus propios pensamientos automáticos. A su vez, los pensamientos automáticos desencadenan diferentes emociones y reacciones.
Por eso algunas personas caen en la depresión y otras no.
En este capítulo, cubrimos una gran cantidad de material en términos generales, así que no te preocupes si aún tienes muchas preguntas.
Repetiremos el material y consideraremos cada parte importante de la teoría con más detalle.
Es importante entender que podemos influir en nuestro árbol de percepción.
El objetivo de esta aplicación es ayudarte en el camino hacia el autoconocimiento y hacer tu vida más brillante.
